Arte y límites a través de Yung Beef y Lana del Rey 

Muchas cosas que se supone que vienen a liberarnos, nos acaban limitando también. Toda información que viene del exterior, puede ser un choque al encontrarse con el interior de alguien, y puede convertirse en límite a causa de un desencaje entre dentro y fuera. En mi caso, ideologías que se suponía que tenían que empoderarme o proporcionarme valores para la autoconfianza, acabaron haciendo lo contrario. 

Así llegó un momento de rotura en el que tuve que aflojar la cuerda, trayendo nuevas influencias, abriéndome para entender y nutrirme con nuevo arte que antes no me hubiera permitido, cegada por limitaciones moralistas. 

En esa apertura me topé con Yung Beef y Lana del Rey, un artista que canta trap muy guarro, y una artista que suena triste, romantizando lo tóxico, catalogada en el género indiepop

Ambos tienen una trayectoria musical muy larga y rica, que he podido analizar a través de sus canciones, su contenido visual, su personaje en redes o en entrevistas, etc. 

Lana del Rey se inicia en el mundo de la música desde pequeña, usando distintos pseudónimos. También le gusta la poesía, se pueden escuchar bonitos archivos de sus poemas en internet, manejando ya sus temas recurrentes: amor, belleza y libertad. 

Lana siempre tuvo una obsesión por la libertad. Una persona triste que no encajaba, una persona con miedo a expresar su locura, y que conseguía desahogarse en sus canciones: donde podía gritar, mostrar sus obsesiones, sus issues y todo lo que le dolía en su alma, haciendo arte de ello. 

Por eso escucharla se me hace liberador, encuentro un espacio de libertad donde se abraza todo, donde una puede ser lo más oscuro que tiene en su interior. 

Ella pregunta en el monólogo de su canción Ride

 “Who are you? 

Are you in touch with all of your darkest fantasies? 

Have you created a life for yourself where you can experience them? 

I have. I am fucking crazy. But I am free.”

 Esa frase es un resumen muy fiel a lo que es la música de Lana. Y es muy bonito que una música te pueda llenar el cuerpo de esa energía. Y pueda transmitir y enseñarte tantas cosas, como la belleza de estar vivo, de tomar riesgo, de vivir sin limitarlo todo con un filtro moral. 

Todo esto pueden parecer reflexiones comunes y ya gastadas, pero lo interesante aquí es que, de nada sirve que alguien te diga todo esto si tú no puedes ver la relación de esas palabras con la realidad. De nada sirve escuchar frases valientes, de alguien de quien su vida no refleja esa valentía, porque entonces no puedes ni entenderlo ni creértelo. Pero Lana consigue transmitirte su verdad de la mano de una experiencia, a través de su universo y su obra, y todo tiene su sentido de forma redonda. 

Yung Beef comparte esta característica de artista redondo con un universo muy propio. Y es por eso que, desde los inicios del trap en España, ha sido una gran influencia en la escena musical. Y por muy distinto que suene a Lana del Rey, creo que tienen mucho que ver. No solo por la admiración que ha mostrado él hacia ella en numerosas ocasiones, o porque su nombre artístico en parte haga referencia a ella. También porque es un artista que se mantiene fiel a sí mismo, y por eso ha conseguido un sonido con tanta personalidad. 

Mientras que la sinceridad y personalidad de Lana brillan en sus letras y su universo más conceptual, la sinceridad y el alma de Yung Beef se encuentra en su voz, en su manera de cantar. Transmite libertad en su voz, y lo consigue rompiendo los límites de la belleza convencional. Esto comparte una coherencia con sus letras y con su discurso como personaje público. Es por eso que podemos ver tan claro como todo sale de la misma fuente. 

Y no se trata de buscar la coherencia, sino de trabajar desde la verdad propia. Y esto puede parecer algo muy obvio, pero en mi opinión, esta no es una característica tan común en lxs artistas, ya que el arte puede verse influenciado por muchas cosas (como el marketing, el público, las modas, etc). Y en ningún momento digo que dejarse influenciar sea algo negativo, simplemente me parece interesante poder observar artistas que puedan transmitirme esta pureza y la libertad de ser ellxs mismxs. 

Las referencias al infierno y al demonio son constantes en el artista, y como bien explica en algunas entrevistas, a él le gusta abrazar y moverse por estos lugares, mostrando que también hay mucho que aprender de los lados más anulados y ocultados de la sociedad. 

Así, superando los límites de la moralidad, su manera de trabajar se vuelve tan libre. 

Abriendo un espacio para sentir sin juicios, para explorar las sensaciones y emociones más corporales e instintivas de nuestra parte más animal. 

En la siguiente imagen vemos reflejado parte del universo del artista, con las referencias mencionadas.

Esta característica de traspaso de límites, compartida por ambos artistas, me parece importantísima en el arte. Solía creer en un pasado que el arte, al ser una herramienta con gran potencial de influencia en las personas, debía aprovecharse para llenarse de contenido político y educar así a la sociedad con mejores valores. Pero ahora veo que eso es simplemente manipulación, aunque se haga con buena intención. Porque, para empezar, los valores que tú defiendas no son los verídicos; no existen las verdades universales porque, sencillamente, cada uno tiene su verdad propia, entonces no tiene ningún sentido pretender imponer la tuya a los demás para “educarles”. 

Lo que me parece más nutritivo y lógico en la creación del arte es expresar tu verdad y tu subjetividad, dejando un material allí afuera para el mundo, que no indique como tiene que ser interpretado, para que una pueda cogerlo y hacerlo suyo, entenderlo a partir de su verdad. Así es como puedes aprender del arte, así es como puedes conocerte mejor y conocer mejor al mundo. 

Yung Beef trabaja a partir de la improvisación. Y esto se nota, sobre todo en la fluideza con la que se mueve por un rango de texturas muy distintas. Como ya he comentado, no se rige por una estética estricta. De hecho, parece que no se rija por nada, sino que se deja llevar por la energía que tenga en el momento, conectando con su cuerpo y su verdad, vomitándolo casi sin modificación (y así lo describe en entrevistas). El resultado es su sonido más puro. 

En ese sentido, Lana tiene una forma de trabajar mucho más pulida. Sus canciones se encuentran lejos de imperfecciones en lo que a forma se refiere. Su sonido es profesional y, por mucho que su obra fuera algo totalmente nuevo para la escena musical de sus inicios, pudo encajarlo manteniéndose dentro de unos límites muy estéticos, trayendo a su vez una inmensa influencia estética.

Esto me parece interesante, porque el arte se trata de comunicar, no solamente de expresar. Por eso, es todo un tema encontrar ese punto medio en que, como artista, no pierdes tu esencia en el proceso de materializarla, además de sorprender y romper con tu propuesta, usando un lenguaje legible y que no se pase de ajeno para el espectador. Lo que sería un poco adaptar la forma para poder comunicar el contenido. Porque de lo contrario, la obra se convierte en unilateral, y se queda en una simple expresión personal (lo cual también sería un objetivo válido, obviamente). 

A continuación, podemos apreciar un poco la estética de la artista, que marcó a tantas generaciones, con infinitas imágenes icónicas, que han sido reproducidas desde su momento hasta ahora. 

Por otro lado, la improvisación sin pulir de Yung Beef también me parece que tiene otras virtudes. Quizás no entra tanto por la forma, pero como el conjunto es tan corporal y se expresa desde una parte animal que todxs poseemos, puede comprenderse por ese lado. 

Según los principios de la semiótica, las personas nos relacionamos mucho a través del símbolo, con el que podemos traducir un imaginario colectivo que todos compartimos inconscientemente. Pero el elemento más universal, que trasciende al imaginario colectivo, es el cuerpo y aquello más instintivo. 

Así, un mensaje simple y corporal puede ser llenado de trascendencia o sentido, gracias al espacio que da cabida para la metáfora y símbolo, otorgado por cada espectador. 

Por eso una canción aparentemente simple y banal, puede llegar a niveles profundos sin pasar estrictamente por el lenguaje de la palabra. 

Ambos artistas poseen un riquísimo e infinito repertorio musical, donde se puede observar una trayectoria muy concreta, que acompaña también a un claro crecimiento artístico y personal. Esto muestra también, cómo han ido plasmando su momento vital y sus verdades cambiantes, en lugar de tratar de controlar su música como a un producto. Es hermoso observar la contradicción en su trabajo, que a su vez mantiene esa coherencia con el traspaso de límites del que he hablado. 

Se puede aprender muchísimas cosas de la música.

Carla Ribera, enero 2024

*Algunas recomendaciones musicales de lxs artistas:

Lana del Rey:

Off To The Races, Yayo, West Coast, Fishtail

Yung Beef:

Cardi B (feat. Dolan Beats), Xanny (feat. Nely Beats), Pastillitas, Su Cura

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