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¿La tecnología es el problema? POSICIONAMIENTO TFG 

La sociedad actual está experimentando un cambio de paradigma social que afecta a la política, la cultura y la forma en que nos relacionamos. Muchos autores cómo bauman, byung-chul han y cesar rendueles defienden que  este cambio se caracteriza por la incertidumbre, la inestabilidad y la falta de compromiso a largo plazo, generando una sensación de inseguridad y fragilidad en los individuos. Voy a abordar el tfg desde un punto de vista crítico respecto a las relaciones sociales que acostumbramos a tener en nuestro día a día y cómo las tecnologías y el ritmo de vida acelerado han influido en nuestra forma de relacionarnos. 

Con el fin de poder comprender el cambio de paradigma al que nos estamos enfrentando. He estado trabajando los siguientes textos y teorías de sociólogos y filósofos que hablan de los cambios políticos, sociales y culturales de la actualidad 

Bauman es un sociólogo, filósofo y ensayista que centra parte de su trabajo en la postmodernidad, el consumo y la globalización. En su libro “el amor líquido” analiza cómo las relaciones humanas modernas se han vuelto más “líquidas” y menos duraderas debido a la influencia de la cultura consumista y la globalización, el autor se posiciona de forma desconcertada e indignada frente a la sociedad, que es la que construye el mundo. Actualmente, esta se caracteriza por la duda, el cambio constante y la falta de relaciones solidas, lo que genera una sensación de inestabilidad y vulnerabilidad en los individuos.

En su libro, el autor explica que la sociedad de consumo ha creado una cultura del deseo y el placer inmediato, en la que el éxito se mide por el poder adquisitivo y el consumo de bienes y servicios. En este contexto, el individuo se convierte en un consumidor pasivo, que busca la satisfacción a corto plazo sin pensar en las consecuencias a largo plazo.

Bauman también señala que la globalización y la tecnología han cambiado la forma en que nos relacionamos y nos comunicamos, generando nuevas formas de exclusión y marginalidad. La brecha entre ricos y pobres se ha ampliado, y las diferencias culturales y religiosas han generado conflictos y tensiones en diferentes partes del mundo.

Byung-Chul Han es un filósofo y ensayista surcoreano experto en estudios culturales, en su libro “No cosas: Quiebras de un mundo de hoy” también habla del cambio que estamos experimentando como sociedad. Este libro examina cómo la sociedad occidental ha pasado de estar basada en el trabajo y la producción a caracterizarse por el consumo y la publicidad. Han afirma que esto ha llevado a la creación de una cultura de “no cosas”, en la que se valora cada vez más la imagen y la apariencia en lugar de la sustancia y la realidad. El autor afirma que las cosas desaparecen y con ellas las verdades.

Han explica que esta cultura ha llevado a la creación de una sociedad más superficial y menos comprometida, y ha contribuido a la desconfianza y la desesperación en la política y el progreso. Además, esta cultura de “no cosas” ha sido imprescindible para la creación de una sociedad más fragmentada y automatizada, y ha llevado a la pérdida de la solidaridad y el sentido de comunidad. Este tipo de cultura ha tenido un impacto profundo en la forma en la que entendemos y nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos.

Eva Illouz es una socióloga y escritora especializada en la história de la vida emocional, en su libro “El consumo de la utopía romántica” analiza cómo la cultura de consumo occidental ha adoptado y promovido valores y metas románticas en el ámbito de las relaciones personales y cómo estoha afectado a la forma en que entendemos el amor y el compromiso. Illouz argumenta que la cultura de consumo ha contribuido a la creación de una “utopía romántica” en la que se espera que las relaciones sean perfectas y cumplan con una serie de expectativas idealizadas, lo que puede llevar a la decepción y el fracaso cuando las relaciones no cumplen con estas expectativas. El libro es una crítica a la forma en que la cultura de consumo ha influido en nuestras expectativas y comprensión del amor y las relaciones y plantea preguntas importantes sobre cómo podemos reconstruir nuestras expectativas y redefinir lo que consideramos “éxito” en nuestras relaciones personales.

César Rendueles y Menéndez de Llano es un filósofo, sociólogo y ensayista español. En su libro“Sociofobia” El autor también critica la sociedad capitalista y nos dice que fomenta una sociabilidad superficial basada en la compra venta. Nos explica que internet impulsa relaciones irreales y que ademas genera una comunicación muy deficiente que hace que energías sociales muy valiosas que podrían estar canalizadas hacia la solidaridad o hacia la cooperación mutua se pierdan inútilmente. 

Si algo tienen en común estos textos es la crítica hacia la sociedad actual; Consumista, acelerada, incierta, banal, individualizada… 

Todos los textos hablan de la relación directa entre la sociedad y la fragilidad de las relaciones. Cómo la forma en la que consumimos al mundo nos define a nosotros como sociedad.

En una sociedad liquida el progreso siempre ocupa un puesto prioritario, generando modas y cambios constantes. Los autores no critican este progreso sino la forma de abordarlo. Se trata desde el capital lo que ha provocado una cultura basada en el consumo y la publicidad con personas menos comprometidas y más aisladas. 

Estos textos me hacen reflexionar sobre la situación social actual. ¿Cómo podemos estar tan conectados y desconectados a la vez? ¿Cómo somos una generación tan consciente de la salud emocional y a la vez tan descuidada con las relaciones sociales? ¿Estamos ignorando una de nuestras necesidades más primarias como seres sociales? 

El contexto que exponen los autores tiene como eje central el consumo; como este fomenta la liquidez de la modernidad y cómo esto se traspasa a las relaciones que se vuelven mucho más frágiles. No solo las relaciones y el entorno se vuelven más delicados, el contenido y las verdades desaparecen. Las no cosas toman el control y fomentan la rueda de la modernidad líquida.

<<Cuando la calidad no nos da sostén, tendemos a buscar remedio en la cantidad>>

-bauman

Eva illouz nos explica que consumo occidental ha influido en nuestra percepción del amor y las relaciones de varias maneras.  Aunque ella en su libro se centre en principalmente en el amor romántico también tiene ideas compartidas  con los otros autores sobre la forma de relacionarnos en la actualidad, ella defiende que en la era digital, la conexión emocional se ha vuelto más fácil y más difícil al mismo tiempo. Es más fácil conectarse con los demás a través de la tecnología, pero esto no garantiza una conexión emocional auténtica. Es muy complicado conseguir un vínculo sólido a través de las redes, sin embargo lo intentamos diariamente, es por eso por lo que nos conformamos con menos de lo que podríamos tener; una conversación por chat en vez de una presencial, una videollamada para explorar un espacio en vez de ir hasta el, jugar en streaming en lugar de hacerlo personalmente. Estos tan solo son unos pocos ejemplos a los que nos hemos acostumbrado de forma natural pero que han cambiado nuestra forma de relacionarnos por completo. 

Tanto Cesar Rendueles cómo Bauman , hablan en sus libros sobre la idea de que los vínculos generados en las redes son bastante débiles y frágiles. Rendueles no piensa que internet sea el que debilite las relaciones sociales si no que hace es que nos importe menos esa fragilización.

Zygmunt Bauman expone en su libro  que las relaciones humanas modernas están llenas de paradojas: la libertad lleva a la soledad, la comunicación constante lleva a la incomunicación y la conectividad instantánea lleva a la desconexión emocional. El autor pretende expresar que aunque las personas pueden estar en contacto constante a través de mensajes de texto, llamadas telefónicas, correos electrónicos, redes sociales.., esto no significa que realmente se conozcan en un nivel profundo o que experimenten una conexión emocional auténtica. En cambio, a menudo hay un sentido de desconexión o distancia emocional que surge de la falta de contacto humano real y de la tendencia a confiar en la comunicación digital en lugar de la comunicación en persona. Pero estos son vínculos que cuando vienen momentos malos no son lo suficiente sólidos como para podernos ayudar.

<<El fracaso de una relación es con frecuencia el fracaso de comunicación>>- bauman

Rendueles sostiene que la tecnología y el capitalismo han creado una cultura de la individualidad y el aislamiento social, en la que el bienestar colectivo se ha visto eclipsado por la búsqueda del éxito individual. En su libro “sociofóbia” argumenta que esta dinámica social ha creado una una aversión al contacto humano y una desconfianza hacia la comunidad. Sin embargo el autor defiende  que la tecnología no tiene la culpa de nuestra soledad. La tecnología no crea las relaciones sociales, sólo las facilita.Internet es una fuente potencial de enormes posibilidades de todo tipo; educativas, sociales, culturales… Pero vivimos en un sistema social que convierte esas posibilidades en un problema.

Byung chul han argumenta que la cultura de “no cosas” ha llevado a la pérdida de la solidaridad y el sentido de comunidad, lo que puede afectar la forma en que nos relacionamos con los demás y nuestra capacidad para tener relaciones más profundas y significativas.

Todos estos autores defienden que la sociedad actual se caracteriza por la incertidumbre, la inestabilidad y la falta de compromiso a largo plazo, generando una sensación de fragilidad en los individuos y una creciente exclusión social. También coinciden en señalar que la tecnología y la información están transformando las relaciones sociales y la forma en que nos relacionamos, generando nuevas formas de exclusión y marginación.

Además, todos estos autores enfatizan en la importancia de la reflexión crítica y la creatividad en la crítica social, así como la necesidad de repensar la forma en que nos organizamos socialmente para avanzar hacia una forma más justa y equitativa de sociedad.

Partiendo de esta información podemos detectar con facilidad varias problemáticas dentro de las relaciones sociales contemporáneas 

Primero, hay que entender que el contexto en el que nos situamos no es el más favorable que podemos contemplar. La aceleración, el individualismo, las diferenciaciones, la liquidez, la inestabilidad. Son solo unos de los pocos adjetivos que definen nuestra sociedad y el tipo de relaciones que se mantienen. Bauman en su libro “modernidad líquida” expone que 

la modernidad líquida ha fragmentado nuestras relaciones sociales y nos ha hecho más individualistas y egoístas. La tecnología de la comunicación puede ayudar a construir puentes entre nosotros, pero sólo si aprendemos a utilizarla de forma responsable y ética.

Esta claro que la globalización y la tecnología han supuesto un enorme cambio en las formas relacionales actuales. Ahora lo inmaterial también es una mercancía y un objeto de valor incluyendo las relaciones humanas. En el libro del “amor líquido” Bauman explica cómo ya no hay libertad de acción como en la modernidad sí no que hay libertad de elección para impulsar nuestro consumo. Realmente tenemos más libertad de acción a la hora de consumir que en el momento de planificar nuestra vida social. Es decir, nuestro trabajo condiciona el tiempo libre que tenemos, nuestro dinero los tipos de planes que podemos hacer, nuestro estatus social el circulo de amigos con los que nos relacionamos y el lugar donde vivimos la zona donde quedaremos con ellos. Parece ser que la tecnología ha intentado igualar la balanza para podernos relacionar entre todos sin que importen las variables anteriormente mencionadas, sin embargo las redes sociales han fomentado la comparación, la individualidad y la liquidez de nuestras relaciones. De modo que los problemas relacionales no han sido abordados de la forma más efectiva. 

Cómo bien expone Eva illouz en su libro “la utopía romántica” Tenemos altas expectativas en nuestras relaciones, la cultura occidental nos ha vendido una utopía respecto a estas y nosotros no solo la hemos comprado si no que la impulsamos día a día a través de las modas. Nos separamos de las cosas que antes eran queridas, desde nuestros amigos hasta el simple hecho de pararnos a contemplar un espacio natural, los vínculos han perdido valor, ahora son inoportunos y restan posibilidades a las experiencias de consumo ya que estos nos son estrictamente necesarios para llevar a cabo el estilo de vida que impulsa la sociedad actual basada en el trabajo y el consumo constante. 

En la era de las no cosas el humano quiere acceder más que poseer, ver más que tocar y estar conectado y  desconectar al mismo tiempo. La red representa un matiz que conecta y desconecta a la vez, en la red estas dos opciones son igual de legítimas y gozan del mismo estatus e importancia. Bauman sostiene que la libertad de elección y la flexibilidad son variables  altamente valoradas en la sociedad contemporánea, y que se espera que las personas puedan adaptarse rápidamente a los cambios y oportunidades que surgen en su vida diaria. En este contexto, las relaciones humanas también se han vuelto más “líquidas”, ya que las personas tienen la libertad de elegir cuándo y cómo conectarse con los demás, y cuándo y cómo desconectarse. Sin embargo, el autor también advierte que esta libertad de elección tiene un costo, ya que las relaciones humanas se han vuelto más superficiales y efímeras, y las personas pueden sentirse solas y desconectadas en una sociedad que valora tanto la movilidad y la flexibilidad. En este aspecto, Bauman argumenta que la libertad de elección en las relaciones humanas puede tener consecuencias negativas para la calidad de vida de las personas y la salud emocional. Por eso podríamos hablar de conexiones en lugar de relaciones, estas, están hechas a medida del entorno de la modernidad líquida en la que se supone y espera que las posibilidades románticas crezcan cada vez con más velocidad entre multitudes que no decrecen con la promesa de ser más satisfactoria que las anteriores. A diferencia de las verdaderas relaciones, las relaciones virtuales son de fácil acceso y salida. 

«Cada época define la libertad de forma diferente. En la antigüedad, la libertad significaba ser un hombre libre, no un esclavo. En la modernidad, la libertad se interioriza como autonomía del sujeto. Es la libertad de acción. Hoy, la libertad de acción se reduce a libertad de elección y de consumo. El hombre manualmente inactivo del futuro se entregará a la «libertad de la yema de los dedos».» -byun chul han

De acuerdo con estos autores, estamos perdiendo una gran cantidad de energía en fomentar cosas poco valiosas para nosotros y muy valiosas para la cultura de las no cosas. Es decir, invertimos más tiempo cuidando un perfil en la red que cuidando nuestro circulo en la realidad, estamos llegando a un punto que entendemos los seguidores como amigos de verdad o que la opción de hacer una videollamada es equivalente a una quedada presencial. 

Realmente relacionarnos de una forma saludable y compartir momentos con los demás es algo imprescindible para poder ser felices y cuidar nuestra salud relacional, mental y emocional. Tener amigos, cuidar y compartir son elementos clave que nos configuran cómo especie, son necesidades reales que no podemos ignorar mientras miramos una pantalla.

Culpamos de nuestro comportamiento y actitud a la tecnología sin embargo el problema es el uso que le damos, dentro de ella somos objetos de consumo y consumidores adictos que buscamos estímulos de forma constante, pero no nos podemos culpar a nosotros mismos de seguir las modas que giran la rueda de la modernidad.El riesgo de la tecnología es que nos hace olvidar que nuestras relaciones sociales son más importantes que los instrumentos que utilizamos para comunicarnos.

Partiendo de esta mirada, para este proyecto me gustaría cambiar las tornas de lo que supone una herramienta tecnológica de comunicación a día de hoy;

Principalmente quiero poder facilitar los planes reales y físicos entre grupos de amigos, pretendo que esta app que ayude a desconectar para podernos conectar los unos con los otros, que no promueva ningún tipo de comparación ni jerarquías, que nuestras relaciones no se vuelvan un objeto de consumo y que nos ayude a convivir con la aceleración. Pero sobretodo quiero que las personas puedan volverse a sentir seguras de forma colectiva y que generen relaciones más solidas con su entorno. 

Cómo hemos visto anteriormente varios autores aseguran que la tecnología no es el problema si no la forma en la que la planteamos, lo cual es algo difícil por que esta avanza más rápido que nuestra capacidad para entender su impacto. Sin embargo cada vez tenemos más herramientas y más tecnologías que nos ayudan a entender y trabajar la huella que han dejado en nosotros las tecnologías. 

La propuesta de aplicación que voy a generar quiero que tenga en cuenta los errores cometidos hasta el momento y promueva un nuevo enfoque a la hora de utilizar estas tecnologías, desde un punto de vista menos consumista y más social. No podemos cambiar el mundo pero si se pueden generar herramientas que nos ayuden a adaptarnos. 

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