La Crónica Francesa del Liberty, Kansas Evening Sun

Dirigida por Wes Anderson y escrita por él junto con Roman Coppola. Con un reparto excelente y actuaciones destacadas de Timothée Chalamet, Benicio del Toro, Adrien Brody y Léa Seydoux. La última película de Anderson estrenada en octubre de 2021, ‘The French Dispatch’ (título original) es un tributo alegre y conmovedor al género periodístico y las historias humanas que se esconden detrás de los titulares. Es una ingeniosa carta de amor a los periodistas y al periodismo, una oda al arte del reportaje y un particular homenaje de Anderson al propio cine. La película es una colección de viñetas, cada historia cuenta con el estilo y el humor característicos de Anderson, y su ya habitual elenco fetiche, incluido los cameos. La película no tiene una trama central, pero eso es parte de su encanto. Es como hacer un viaje a un pueblito encantador del suroeste de Francia donde cada residente tiene sus propias peculiaridades e historias que contar.

Ambientada en la redacción de una revista estadounidense en la ciudad francesa ficticia de Ennui-sur-Blasé. Cuenta la crónica del obituario de su director y la edición del último número de la revista, que a través de las diferentes secciones, iremos conociendo las distintas historias. El personaje de Tilda Swinton mediante la sección de artes nos llevará a la cárcel con una grotesca historia de amor y pintura. Frances McDormand, en cambio, nos conducirá por la sección de política, una crónica de amor y muerte en las revueltas estudiantiles. Y por último, Jeffrey Wright y su personaje, nos llevará por un rocambolesco suspense policíaco en la sección de crítica gastronómica. La historia de la película está claramente inspirada en la revista ‘The New Yorker’, tanto la edición gráfica de la revista ficticia, como algunos personajes y eventos de la película, se basan en equivalentes de la vida real. Una de las historias se centra en el Mayo francés, las protestas de la ocupación estudiantil en París del 68 y otra historia, con el personaje Julien Cadazio de Adrien Brody, está basada en el marchante de arte Joseph Duveen.

El estilo característico de Wes Anderson está más presente que nunca, rodada íntegramente en la ciudad francesa de Angoulême, la ciudad del cómic. Cabe destacar, el trabajo de diseño de producción y decoración por la puesta en escena. La película es visualmente extraordinaria, recuerda al teatro, las acciones de los personajes como coreografías y bonitos escenarios (especialmente las escenas dentro de la sala de redacción). El romanticismo característico de Anderson está en plena exhibición aquí, al igual que sus hábiles toques de humor y drama. En general, es un viaje que reafirma el estatus de Anderson como uno de los cineastas con más talento, exponente de un estilo muy propio. La película elogiada por la calidad de sus imágenes y sus actuaciones brillantes, tiene un estilo visual y una dirección de arte muy colorida y vibrante, repleto de guiños, algo característico en los trabajos de Anderson. Esto le da a la película un sentimiento y aroma de nostalgia, que encaja perfectamente con la narrativa. El film tiene una gran variedad de recursos, así como ángulos de cámara y tomas interesantes para ayudar a crear su estética única. La Crónica Francesa, es una película con un estilo artístico y un trabajo de dirección de arte impecable, hay mucha simetría y una paleta de colores que llaman la atención. El uso del color a menudo se compara con el de una pintura, con un tratamiento visual, muy gráfico y potente. Todos los detalles están muy elaborados y todo está cuidadosamente en su sitio, por momentos parece un pase de diapositivas con algún que otro movimiento entre ellas. Como en todas las películas de Wes Anderson la fotografía es un elemento clave, y en esta se hace aún más evidente, presentan una clara intención de simetría, tanto en términos de composición de tomas como en el diseño de decorados con aire vintage

La simetría a menudo crea una sensación de orden y calma en los planos fijos, que puede contrastarse con el comportamiento caótico de los personajes y el ritmo de sus diálogos. Llena de detalles que requieren de un segundo visionado para poder llegar a disfrutar y apreciar la infinidad de detalles, debido a que se hace literalmente imposible por el ritmo frenético de los diálogos y muchas de sus escenas (bueno o malo según lo admirador que seas del cineasta de Texas). El reparto hizo un gran trabajo, una comedia dramática y emotiva. Sin embargo, los personajes no están particularmente desarrollados más allá de sus personalidades básicas y en cuanto a la trama, la mayor parte del enfoque se centra en las interacciones de los personajes, en lugar de cualquier tipo de arco argumental general. Además, pienso que algunas escenas se hacen demasiado largas o innecesarias, como la repetición del recurso de la parte animada. Si bien, la crónica francesa es ciertamente un escape de realidad, no ofrece mucha profundidad o comprensión del tema que abarca, se basa libremente en algunos acontecimientos reales. A pesar de estos inconvenientes, quizás no está a la altura de los mejores trabajos de Anderson pero regresa con la misma fórmula y mismo formato presentado, en su mejor película hasta la fecha, el Gran Hotel Budapest y desde luego, nos devuelve a la versión más pura de su estética, visualmente pone todo el Wes Anderson que tiene dentro y parece que no se deja nada, las historias nos envuelven en un mundo propio, gracias a una compañía repleta de estrellas, la película está cuidada a cada plano. Es una película que vale la pena ver y se la recomendaría a todos los fans y los no tan fans del trabajo de Wes Anderson.

J. Genovard

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