Barcelona es una ciudad que fue marcada profundamente por la explotación de las colonias y la trata de esclavos, estos hechos se ven claramente reflejados en el urbanismo y la arquitectura de la ciudad condal. En este artículo se relata un itinerario por la Barcelona colonial con el objetivo de mostrar lo mucho que la ciudad condal actual sigue vinculada a ese pasado imperialista.
Es un día típico de primavera, donde no se sabe si va a llover o va estar soleado, hay un resol que molesta los ojos. Empieza el recorrido a las 11 de la mañana, el cielo está gris, cubierto de nubes; el itinerario inicia en la estatua ecuestre del General Joan Prim, que se situa delante de la entrada del zoo. Esta estatua fue realizada por primera vez en 1887 por Lluís Puiggener y Josep Fontserè, fue destruida durante la Guerra Civil y fue sustituida en 1948 por una obra muy parecida a la original elaborada por Frederic Marès. Joan Prim fue un militar y político al que se consideraba “progresista” y tuvo un papel importante en varias guerras, sin embargo yo no estoy aquí para contar todas las acciones positivas que hizo durante su tiempo, sino que estoy aquí para relatar sus acciones colonialistas y esclavistas.

En 1847, Prim fue nombrado capitán general de Puerto Rico, donde impuso una gran represión hacia los indígenas y los esclavos de la isla caribeña. Un año después, como precaución a las islas caribeñas vecinas que se estaban revelando en contra de la esclavitud, declaró un Código Negro, decreto definiendo las condiciones de esclavitud y las restricciones de las actividades de los negros libres, este código estableció una opresión extrema hacia los esclavos y denigraba excesivamente las personas negras. La orden del General Prim entró en vigor el 31 de mayo de 1848, este decreto afectaba a la mayoría de la población de Puerto Rico ya que muchas de las normas no afectaban solamente a los esclavos, sino que también afectaban a cualquier persona con “un mínimo de sangre africana”, es decir, más de 50% de la población puertorriqueña. El código de Prim autorizaba a que los dueños de esclavos los castigaran a su gusto, especialmente en casos de intento de escape, ya que servía para “evitar que los demás sigan su ejemplo”. Las penas eran excesivas, por ejemplo, se otorgaban cinco años de cárcel para todo negro que insultara a un blanco. Prim creía fielmente en una especie de guerra entre razas, por lo cual puso a los comandantes militares al frente de la represión contra la raza negra en Puerto Rico. El General Prim acabó siendo destituido de su cargo en julio de 1848 y se vio obligado a volver a la península.
Posteriormente, Prim participó en la Primera Guerra de Marruecos, que empezó en 1859 y acabó cuatro meses después, donde España luchó contra el sultanato de Marruecos para conseguir más poder y territorios. Joan Prim fue uno de los comandantes en este conflicto bélico, parece ser que Prim fue extraordinariamente sanguinario en Marruecos hasta el punto que durante muchos años se asustaba a los niños marroquíes con la frase «¡Que viene Prim!».
El día se ha nublado y está empezando a lloviznar, así que después de esta historia tan sangrienta y desgarbada sobre el General Prim, salimos del Parque de la Ciutadella por la Avenida del Marqués de l’Argenteria y nos dirigimos hacia el Passeig d’Isabel II donde se encuentran los Porxos d’en Xifré y el famoso restaurante “Set Portes”, lugar perfecto para refugiarse de la lluvia primaveral por el momento. Estos porches fueron encargados por ninguno otro que Josep Xifré i Casas, la personas más rica de Cataluña del siglo XIX, y se construyeron entre 1836 y 1840. Este hombre es lo que llamamos un indiano (colono español que se emigra a Hispanoamérica y regresa rico), nació en Arenys de Mar en 1777, once años después su familia y él se mudaron a Cuba con las esperanzas de hacerse ricos y pagar las deudas de su padre. En la isla caribeña, Xifré se convirtió en comerciante, negrero, fabricante de curtidos, propietario de plantaciones y de barcos, explotador de pieles, azúcar, café, aguardiente y ron.

La base de la riqueza de Xifré i Casas vino de sus fábricas textiles y sus plantaciones donde tenía a esclavos explotados trabajando. Y por otro lado, la trata de esclavos para este comerciante era una manera de incrementar su fortuna rápidamente; al finalizar el periodo legal de la trata (1820) era el octavo negrero de Cuba y en 1836 era la sexta fortuna. Estos porches se construyeron con el dinero conseguido con la trata de esclavos.
Ahora que ha parado de llover, podemos visitar los próximos porches, que se sitúan en la siguiente manzana. Quizás algunos de vosotros ya lo habréis adivinado, se trata de los Porxos Vidal-Quadras construidos en 1839, obviamente tenía que hablar de esta familia en un momento u otro de este paseo por nuestra querida Barcelona. Para aquellos que no lo sepan, Alejo Vidal-Quadras es el fundador del partido político Vox, así que no es de extrañar que esta familia tenga un pasado problemático. La historia de este linaje es muy similar al relato de Josep Xifré i Casas, se trata otra vez de una familia de indianos; empezaron por emigrar a Maracaibo (Venezuela) a principios de siglo XIX, donde la familia hizo fortuna, para luego mudarse a Cuba en 1821, los Vidal-Quadras amasaron una gran fortuna gracias a actividades como la agricultura (mayormente tabaco), el comercio y la administración de fincas urbanas. Al igual que Xifré i Casas, esta familia originaria de Sitges tenía esclavos en sus plantaciones, además de participar en la trata de esclavos.

Parece que el día se ha finalmente despejado y que el sol empieza a salir de entre las nubes. Para dirigirse hacia el último lugar de este pequeño paseo, se ha de cruzar la calle y llegamos a la infame plaza Antonio López. Este monumento fue creado por Venancio Vallmitjana en 1884, no obstante fue destruido durante la guerra civil española, una segunda versión de la obra fue realizada por Frederic Marès en la década de los 40. Este monumento era popularmente conocido como El Negro Domingo, porque el marqués de Comillas era traficante de esclavos. La historia exitosa de López y López, que según el relato oficial pasó de la pobreza a la riqueza gracias a su espíritu emprendedor y a su pericia, no es tan romántica como se cuenta. López y López tuvo que huir a Cuba con catorce años, algún tiempo después logró casarse con la hija de una familia adinerada. La dote de su mujer permitió a López la compra de tiendas de ropa, plantaciones de caña de azúcar, cafetales, etc. Aunque ninguno de estos negocios fue tan rentable como el tráfico y la compraventa de esclavos.
Antonio López y su hermano Claudio dirigieron una de las mayores compañías dedicadas al negocio legal de compraventa de esclavos ya afincados en Cuba (la esclavitud en Cuba se abolió en 1886), además de enriquecerse con el tráfico ilegal de esclavos; el comercio transatlántico de esclavos se ilegalizó en 1817 cuando España firmó un tratado con Reino Unido, sin embargo muchos comerciantes, incluido el marqués de Comillas, seguían practicando esta actividad. Desafortunadamente, hay poca información sobre sus negocios en el tráfico de personas y eso se debe a que se trataba de una actividad ilegal y ya se encargaban los traficantes humanos de no dejar huellas. Asimismo, la historia también se reescribe y cuando se realizó la segunda estatua en homenaje a López y López, se eliminaron las dos figuras de personas negras que estaban a sus pies en la primera versión de 1884. Por estas mismas razones se retiró la estatua de Antonio López en 2018, aunque la plaza donde se situaba su estatua sigue llevando su nombre.

A mediados del siglo XIX, el capital catalán controlaba el 74% de la importación de mano de obra esclava en Cuba, las familias Xifré i Casas, Vidal-Quadras y López y López fueron unas de ellas. El tráfico de personas generó más riqueza que las mismas plantaciones de azúcar a las que iban destinados los esclavizados.
Este paseo nos ha llevado a visitar algunos de los muchos edificios construidos por familias con un pasado imperialista y varios monumentos en honor a este tipo de personas; nuestra querida ciudad condal está fuertemente vinculada a su pasado imperialista. Cabe a destacar que este artículo no tiene la voluntad de borrar las figuras que tuvieron un papel importante en el desarrollo de la ciudad, sino que creo necesario recontextualizar muchos espacios de Barcelona.
Julie Rasolomanana. Mayo de 2020
