
A finales de los 90, en Inglaterra, empieza a hacerse conocida por todo el mundo la obra del reivindicativo y anónimo artista callejero que firma con el nombre de Banksy. Con la técnica de stencil, realizaba diferentes ilustraciones de carácter reivindicativo en las paredes de la vía pública. Banksy hace un pilón de críticas al sistema en contra de la explotación animal, la esclavitud infantil, la pobreza, la precariedad laboral, entre otros.
Con el tiempo, Banksy se ha ido ganando la fama de Robin Hood contemporáneo, el héroe artista que grita las injusticias del sistema. Su difusión masiva en redes sociales consiguió poner los pelos de punta a usuarios de todas las partes del mundo.
A la vez, el total de sus obras está valorado en 50 millones de euros. Hay algo perturbador en el hecho de que una crítica al consumismo y al capitalismo sea capaz de generar tanto capital. Este escrito pretende cuestionar hasta que punto el carácter reivindicativo de Banksy consigue aportar soluciones a los problemas que plantea, si consigue contrarrestar sus efectos o, por el contrario, operar de la misma manera que una multinacional, perpetuando el consumo, la generación de capital, la normalización y capitalización del inconformismo, de la reivindicación y de lo antisistema.
Banksy lanza un mensaje muy claro, en un lenguaje llamativo, en un momento en el que las flaquezas del sistema empiezan a ser entendidas por todos. Su anonimato es lo que llama la atención en un primer momento, porque cuando el artista es anónimo, nadie puede saber qué hace con su dinero, nadie puede conocer su historia y, por lo tanto, logra generar intriga y estima a un mayor número de personas. Pero Banksy tiene un nombre y una firma. Banksy es una marca y sus obras son anuncios. Sus proyectos; campañas. Funciona como una gran empresa.
Desde el 2003, Banksy hace exposiciones por todo el mundo. Desde Los Ángeles, hasta Londres y Sidney. Vendió una de sus obras a Christina Aguilera por 25.000 € y otra al Sotheby de Londres por 50.400 €. Desde ese momento el valor de sus obras no hace más que aumentar. En los primeros 4 meses de 2018 Banksy recaudó un total de 2,342,000 €.
Cómo desconocemos la identidad de Banksy, no podemos saber en qué invierte todo el dinero recaudado con su arte. Pero, aún poniéndonos en el mejor de los casos, imaginando que el artista dona todo su dinero a la caridaad, encontramos que sus acciones dan lugar a un fenómeno que, de manera inmaterial, no solo perpetúa el consumismo sino que normaliza y comercializa con el inconformismo y la reivindicación contra el sistema. Genera capital con apariencia de crítica.
El ejemplo más claro de ello es la subasta de su obra de Girl With Balloon. El 5 de octubre de 2018 en la casa de subastas de Sotheby’s se puja por una de las más famosas obras de Banksy. La puja final fue de 1,18 millones de euros. Tras sonar el martillazo, la obra empieza a descender por el marco y se trocea hasta la mitad. Los asistentes a la puja quedan boquiabiertos. Banksy destroza su obra para que no pueda ser comercializada, pero por una casualidad la obra no consigue destruirse del todo. Banksy logra hacer una potente crítica al mercado del arte, a la vez que aumenta el valor de la obra a 2 millones de euros. Así vemos como la critica al sistema no hace más que generar capital.
La normalización y la capitalización del inconformismo y del odio hacia el sistema ya se ha visto anteriormente. Un gran ejemplo es la figura de los villanos de las películas de súper héroes. El capitalismo necesitaba aprender del sus enemigos para poder contrarrestar sus efectos y sacar provecho de ellos. El Joker (el anterior a Joaquin Phoenix) es de las figuras cinematográficas más alabadas de este siglo. Pues refleja el espíritu joven de inconformidad y de deseo de destrucción. La necesidad del joven de salir de este sistema se ve materializada en la figura del Joker, al igual que en la de Banksy.
Así es como el artista consigue que la gran crítica contra el capitalismo ocupe tan solo dos segundos de pantalla y un like en el móvil de cualquier joven. Así es como logra que se vendan camisetas con sus lemas. La crítica al consumo generando más consumo. Todos aquellos que odian al sistema encuentran su lugar dentro de este, el capitalismo nos da la posibilidad de odiarle, de decirle que es una mierda mientras nos comemos un Big Mac.
Cito al propio Banksy: “Me encanta la forma en que el capitalismo encuentra un lugar, incluso para sus enemigos.’’
Lali Rossy
